Desde la Cámara Empresaria del predio fabril alertaron sobre un escenario “muy complejo” para el sector. La apertura de importaciones, el aumento de costos y la caída del consumo profundizan la crisis.

Se trata de logísticas y firmas proveedoras de la empresa que fabricaba lavarropas y heladeras.

Además del reciente cierre de la planta de Whirlpool se le suma el cese de actividades de ILVA, la salida de  Kimberly-Clark, y baja de personal en Sidus, FV, entre otras grandes empresas.

Hace casi tres meses la empresa decidió despedir a 300 obreros y cerrar la planta. Propuso recontratar a 40, pero sin contemplar antigüedad y otros derechos adquiridos.

La planta ceramista del Parque Industrial de Pilar permanece cerrada y con un acampe permanente en su acceso, mientras las 300 familias afectadas reclaman salarios adeudados, obra social suspendida y el pago completo de los montos correspondientes tras el cierre de la firma.

Los trabajadores visibilizaron su reclamo junto a los jubilados que se movilizan todos los miércoles. “Seguimos sin respuestas por parte de la empresa, Necesitamos que nos paguen, como indica la ley”, declararon. 

Con tan solo 9 años, Delfina, hija de uno de los trabajadores desvinculados, usa las redes sociales para contar lo que sucede en las familias afectadas. Pidió que la empresa pague lo que les corresponde.

Si el proceso no llega a un acuerdo, podría terminar en quiebra y liquidación de bienes. Los trabajadores continúan reclamando el pago de salarios e indemnizaciones.

A 40 días de desatado el conflicto, el legislativo local aprobó un proyecto que rechaza las cesantías e insta a las autoridades nacionales a que intercedan para retrotraerlos. La empresa sigue sin querer pagar el total de las indemnizaciones.

Se trata de urbanizaciones donde residen los directivos y dueños de la empresa. Los exempleados reclaman ser reincorporados o que la compañía les pague el 100% de las indemnizaciones y no el 50% como pretende.

El gobierno bonaerense se comprometió a abonar parte de los salarios adeudados, pero con la condición de que la empresa retome al personal cesanteado. La compañía se negó y los obreros prometen intensificar las medidas de fuerza.