Por unanimidad, en un juicio por jurados, se declaró culpable a Nicolás Quiroga, de 19 años, como responsable de asesinar con un bate de besibol a Martín Anze, de 22 años.

El hecho ocurrió el 1ro de enero de 2017, cuando la víctima había concurrido a casa de unos amigos, a saludarlos con motivo de fin de año.

Al salir, en la esquina de Pedro de Mendoza y Garibaldi, en Peruzzotti, dos sujetos, entre los que estaba Quiroga, lo atacaron a patadas y botellazos, y el acusado lo golpeó brutalmente con el bate, lo que le produjo la muerte minutos más tarde en el Hospital Sanguinetti.

Esas mismas personas, en horas de la madrugada, habían insultado y golpeado a un amigo de Anze, justamente a quien había ido a visitar, por lo que el joven decidió quedarse a dormir allí hasta las 7 de la mañana, para evitar ser también atacado.

Sin embargo, en medio de la noche, la casa fue apedreada y una de las puertas intentó ser forzada, pero Anze y su amigo impidieron que los agresores entren.

"Mi hermano, al ser atacado su otro amigo, decidió quedarse algunas horas más, hasta que salga el sol. Alrededor de las 7 de la mañana se dirigió hacia su casa, a apenas una cuadra y media, pero fue interceptado igual y brutalmente golpeado. Mi hermano intentó refugiarse en una casa, saltando un alambrado, pero gritó y nadie lo escuchó. Le partieron la cabeza en 4 partes, lo torturaron", se lamentó en medio de lágrimas Dilma Anze, hermana de Martín en diálogo con Pilar de Todos.

"Mi hermano no se metía con nadie, tenía su propia casa y en ese momento una hija de un año y medio. De hecho, los atacantes lo conocían, viven todos en el mismo barrio. No entendemos qué pasó. Mientras mi hermano estaba tirado en el piso todo ensangrentado, otros vecinos fueron a buscar a los atacantes a preguntarles qué habían hecho, y le dijeron que le habían pegado por ser 'bolita'", añadió la mujer.

Justamente la familia de Martín intentó incluir como agravante el odio racial, pero fue desestimado. Sin embargo, al no haber testigos presenciales del hecho, aseguran que la condena de culpabilidad les da "alivio".

"Teníamos miedo que los Jueces no encuentren elementos para inciminar a Quiroga, ya que no había nadie que haya visto el momento del ataque. Pero mi hermano, mientras lo llevabamos en el auto al hospital, dijo el nombre de quién lo había atacado; se hizo justicia", agregó.

Ahora, resta saber qué pena le caberá al acusado (hay otro menor implicado en un correccional), aunque la fiscal María Inéz Domínguez pidió 21 años de cárcel.