Un violento intento de robo se registró en la mañana de este jueves en Villa Rosa, cuando un ladrón armado y un comerciante se trenzaron en lucha.
El hecho se produjo a las 10:40 aproximadamente, en un local de computación ubicado en la calle Hipólito en Yrigoyen 4140.
Allí, mientras el dueño, de 29 años, atendía a una clienta, ingresaron una joven y detrás de ésta un sujeto, quien extrajo un arma y apoyándola en la cabeza de la mujer los obligó a ir hasta un baño.
Además de la clienta, una docente de 45 años, el propietario estaba junto a su pequeña hija, de 3 años.
Una vez en el baño, el delincuente les pidió que no se muevan de ahí, mientras les reclamaba además que le entreguen llaves de vehículos y dinero.
En la parte anterior del local, en tanto, quedó la joven que ingresó junto con el delincuente, quien se cree actuaba como cómplice.
El ladrón siguió amenazando a las víctimas, diciéndoles que se queden en el baño, pero al intentar escapar, se dio cuenta que la puerta del local contaba con una cerradura electrónica, que se acciona desde el mostrador.
En ese momento, el dueño del comercio salió del baño, y se encontró con que el delincuente seguía allí, sujeto que volvió a apuntarlo con el arma de fuego y le exigió que le abriera la puerta.
Fue en ese momento en el que el propietario tomó con una mano el arma del ladrón, y se trenzaron en lucha.
Ambos cayeron hacia el mostrador, rompiendo unas vitrinas que allí se encontraban. Desde afuera, un vecino vio lo que ocurría y llamó a la Policía.
Según contaron testigos, los dos hombres siguieron forcejeando, mientras que la mujer que se cree cómplice del ladrón, ya se había retirado llevándose consigo dos computadoras portátiles.
Como la pelea seguía, y ante el temor de que la situación pase a mayores, el comerciante prometió al ladrón fingir ante la policía que se trataba de una pelea por un desacuerdo comercial, y le dijo que esconda el arma. Así, logró que el delincuente deje el revólver calibre 22 en una zona dedicada a la reparación de equipos.
Fue en ese momento en el que llegó la Policía y, desde afuera, dio la voz de alto, no ofreciendo resistencia el delincuente. Ya una vez en el interior del local, los uniformados redujeron al sujeto y le colocaron esposas, momento en el que el dueño del lugar contó que se trataba de un robo, y que el arma estaba escondida.
Al ladrón se le encontraron dinero, llaves y un teléfono celular. En todo momento, la niña y la clienta permanecieron en el baño, sin sufrir lesiones.
El propietario, en cambio, sí se lastimó ambas manos, con cortes leves.
El ladrón, de 29 años, fue detenido y puesto a disposición de la Justicia, y tiene domicilio en la localidad.