Lunes, 07 Enero 2019 16:11

Vecinos de las termoeléctricas cortaron la ruta 25 en protesta por los ruidos molestos

El piquete duró poco más de 2 horas, y no descartan volver a realizarlo en los próximos días. Se quejan por los sonidos que generan los motores de las plantas ubicadas en Villa Rosa.

Un grupo de vecinos de Villa Rosa y Matheu (Escobar) cortó esta mañana la ruta 25, a la altura de la calle La Alborada, en protesta por los ruidos molestos que generan las termoeléctricas que allí se instalaron.

El piquete, que incluyó la quema de gomas y la colocación de pancartas a lo ancho de la traza, comenzó a las 8:30 de la mañana, aproximadamente, y se extendió casi hasta las 11.

"El OPDS, el 2 de enero, midió en mi casa entre 52 y 58 decibeles a la madrugada, pero no hicieron nada, no clausuraron. Minutos antes habían medido en (el barrio cerrado) Pilares un nivel de sonido similar. El 4 de enero empezaron a funcionar a la mañana, se envió un nuevo control, pero el inspector llegó a las 14 horas y ya los motores se habían apagado", contó Beatriz, una de las vecinas de las usinas, en diálogo con Pilar de Todos.



Según explicaron los habitantes de la zona, las usinas que generan malestar pertenecerían a la empresa Araucaria (la otra termoeléctrica pertenece a la firma APR). Y aseguraron que no pueden generar más de 8 decibeles de la medición básica de la zona, que se toma antes de la instalación de una industria o, en todo caso, se rige por las pautas que para cada área fija el IRAM.

Una medición realizada el año pasado daba unos 40 decibeles aproximadamente para la zona de ruido básico, cuando las plantas aún no estaban funcionando, por lo que si el ruido generado por los motores eleva ese original a los 48 decibeles, ya debería ser causa para intimar a la empresa.

El abogado ambientalista Gustavo Madeira, además, expuso a este medio que de noche, momento en los que la gente descansa, la zona tiene un básico de sonido de 35 decibeles, por lo que en cualquier caso las mediciones realizadas por el OPDS superan el permitido.

"He llegado a dormir con todas las puertas y ventanas cerradas, con el sonido del ventilador para tapar el ruido de los motores, y con un tranquilizante, y así y todo me cuesta dormir. No es justo vivir así, cuando esta era una zona residencial, tranquila", agregó Beatriz, quien vive a unos 300 metros de las empresas.

"No todos estamos de acuerdo con los cortes de ruta o la quema de gomas, de hecho lo contrario, pero ya indigna vivir así y a esta altura no nos queda otra. En el OPDS, de hecho, jamás me han dado un número de reclamo a las decenas de llamadas que he realizado", concluyó la vecina, quien agregó que la modalidad de corte sorpresivos de rutas continuará.

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