Lunes, 25 Marzo 2019 15:49

Según la UCA, en 2018 casi 2 millones de personas cayeron en la pobreza

Así lo reveló un nuevo informe del Observatorio de la Deuda Social. 

Según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica, el 31,3% de la población urbana – 12.700.000 personas – son pobres.


Se trata de uno de los índices más altos de los que la UCA tenga registro – miden desde el 2010 -, y que representó un incremento del 4,7% respecto de 2017.

 

El informe revela que esas personas no tienen ingresos para comprar los alimentos y demás productos de una canasta básica y además tienen entre una y tres carencias sobre 6 indicadores básicos, como alimentación, vivienda, salud, educación, trabajo y servicios básicos.


En relación a 2017, cuando se ubicó en el 26,6%, se agregaron 1.900.000 nuevos pobres.


Los más afectados son las clases medias bajas, los trabajadores y los sectores más pobres.


Los datos corresponden a la nueva medición de la pobreza por ingresos y multidimensional de 2010-2018.


La novedad de este relevamiento es que va más allá de comparar el ingreso de los hogares con el valor de las canastas básicas, la llamada “pobreza por ingresos” o “pobreza monetaria” ya que toma en cuenta y combina con otras carencias básicas de los hogares y por eso se conoce como “pobreza multidimensional”.


Agustín Salvia Director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA (Universidad Católica Argentina) señaló que las cifras arrojan “un agravamiento de la pobreza estructural y una ampliación de la brecha de desigualdad”.


Y explicó “la pobreza es mucho más amplia que la sola falta de ingresos y por lo tanto no puede ser medida por un solo indicador. Significa no sólo insuficientes ingresos corrientes.


Ser pobre “multidimensional” significa estar sometido a privaciones y exclusiones sociales que no se limitan al nivel de ingresos”.


El Informe señala que la pobreza estructural – por ingresos y por tener de 3 o más carencias básicas- aumentó del 16,6% al 18,6% de la población: son 7.500.000 pobres estructurales.


Desde 2010 esa pobreza estructural tuvo un piso del 15% con saltos en 2014, 2016 y 2018.


Por eso Salvia señaló que “la tendencia es hacia un agravamiento de la pobreza estructural”.


Salvia dijo que hubo algunas mejoras en materia de infraestructura, vivienda y hábitat durante estos últimos años. Por ejemplo, desde 2010 hubo una evolución favorable a partir de la inversión pública en los servicios de agua de red y cloacas, aunque todavía el 10,3% de los hogares urbanos carece de agua corriente y el 29,1% no dispone de cloacas.


Pero se agravó en alimentación y salud: la “inseguridad alimentaria” –falta de acceso a los alimentos o “privación extrema”- en el último año, subió del 5 al 6% de los hogares y se incrementó del 15 al 17,3% los hogares que no pudieron adquirir los medicamentos.


También aumentaron las carencias y pérdida de derechos en empleo y seguridad social: pasó del 26,7 al 28,2% en el último año, por la pérdida de empleos y el incremento de la desocupación.


Salvia agregó que la pobreza por ingreso y por carencias básicas “tuvo un fuerte crecimiento en el actual contexto inflacionario y de estancamiento”.

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