Tras casi 2 décadas de existencia, y de convertirse en uno de los boliches más emblemáticos de Pilar, cerró sus puertas La Colmena.
El local funcionaba sobre la calle Chacabuco, casi esquina Lagrave, y se había convertido rápidamente en cita obligada de los jóvenes de Pilar.
Sin embargo, en los últimos días sus dueños decidieron bajar la persiana, y por las peores causas: “la corrupción”.
Diego Percivaldi, uno de los propietarios del local, expuso que el lugar era blanco permanente de inspecciones provinciales y municipales, con incluso pedidos de coimas para que los dejen funcionar.
Luego de varios días de hermetismo, Percivaldi usó la red social Facebook para explicar los motivos, el permanente pedido de coimas que ellos se negaban a pagar, pero el posteo fue borrado a las pocas horas.
Sin embargo, el titular de La Colmena ratificó a Pilar de Todos sus dichos, y expuso que eliminó la publicación para evitar que se haga un uso político de sus dichos.
“Nosotros cerramos hace un mes, e hice el posteo en Facebook porque mucha gente preguntaba qué había pasado. Pero lo borré porque generaba si bien cosas positivas, también negativas, incluso muchos politizándolo. Lo hice por la necesidad de expresar mi bronca, porque el cierre fue una injusticia”, expuso Percivaldi a Pilar de Todos.
“Durante muchos años a nosotros no nos decían nada, pero porque teníamos todo en regla. Pero ahora por la falta de un cartel o una cosa mínima, ya nos hacían un acta. Hay locales activos que no tienen todos los documentos de habilitación que teníamos nosotros”, expuso.
“La Colmena trabajó durante más de 19 años de forma ejemplar, generando puestos de trabajo genuino, cumpliendo al máximo todas las leyes de índole municipal, provincial y nacional. Fueron 19 años de trabajo responsable y honesto, sin ninguna denuncia, multa, llamado de atención, o infracción cometida. Sí, ninguna. 19 años con el orgullo de nunca haber pagado coimas, y que increíblemente fue nuestra condena”, había señalado Percivaldi en las redes sociales, razones que confirmó a Pilar de Todos.
“Los últimos años comenzaron a venir inspectores que con amenazas nos obligaban a cerrar una hora antes que al resto de los locales. Más inspectores que nos prometían no dejarnos trabajar sino arreglábamos. Les explicamos que preferíamos cerrar antes que arreglar. Ellos cumplieron sus promesas, nosotros la nuestra. Ganó la corrupción”, fue otro de los tramos de la carta de Percivaldi en Facebook.
“Otro de los problemas que teníamos era que nos obligaban a cerrar 1 hora antes, a las 4:30. La Ley de Nocturnidad tiene un artículo que es de cumplimiento inviable, que nosotros tenemos que dejar de permitir entrar gente a las 2 de la mañana, cuando todos salen a bailar entre las 3 y las 4. Y otro punto dice que hay que cerrar a las 5:30, salvo que el Municipio te permita extenderlo 1 hora más. El tema es que a nosotros nos obligaban a cerrar a las 5:30, ya nos hacían un acta si nos pasábamos un minuto, cuando con el resto de los locales no pasaba lo mismo. Todas esas cosas nos fueron desgastando, por más que le escribamos cartas al intendente (Nicolás Ducoté) no pasaba nada, y decidimos cerrar”, añadió el propietario del boliche a este medio.