La oposición propuso un plan para comenzar a reducir la utilización de elementos plásticos de un solo uso.
El proyecto de ordenanza es impulsado por los ediles Sebastián Neuspiller (Juntos), Antonella Alarcón (UCR), y Flavio Álvarez e Inés Ricci (Comunidad Pilarense), donde se establecen una serie de pautas a adoptar para disminuir el impacto que esos elementos tienen en el medio ambiente.
En ese sentido, el artículo primero de la iniciativa tiene como objetivo “promover el consumo responsable a través de la restricción progresiva en la utilización, distribución, entrega y expendio de plástico de un solo uso”, como el caso de vasos y cubiertos descartables, sorbetes, agitadores de bebidas, entre otros.
La ordenanza “será obligatoria para toda actividad comercial, incluyendo la venta ambulante; eventos de cualquier índole; toda actividad publicitaria y promocional; y dentro de los locales gastronómicos que operen en el partido de Pilar”.
Los objetivos son “prevenir la generación y minimizar la cantidad de plásticos de un solo uso, reducir la cantidad de residuos plásticos, resguardar el ambiente de los efectos ambientales negativos generados por los residuos de los plásticos de un solo uso, e incentivar alternativas sustentables de consumo”.
La propuesta incluye la creación de un programa de Reducción Progresiva de Plásticos de un solo Uso, donde por ejemplo solo se permitirá entregarlos en caso de que sea solicitado por un cliente de manera expresa, y no ponerlo a disposición del consumidor.
“Tampoco se permite enviar cubiertos plásticos con los servicios de reparto a domicilio de sustancias alimenticias”, señala el texto al que tuvo acceso Pilar de Todos, que además fija un plazo de 3 años, desde aprobada la ordenanza, para el cumplimiento de los objetivos.
A su vez, el Departamento Ejecutivo deberá implementar campañas de “información y concientización sobre el impacto que producen los residuos de plásticos de un solo uso en el ambiente”.
El proyecto indica que otras ciudades del país, como Pinamar, Villa Gesell General Pueyrredón, Ushuaia y la misma ciudad de Buenos Aires, entre otras, “ya poseen reglamentación al respecto” y añade que por ejemplo “un sorbete puede tardar más de 100 años en degradarse, y una bandeja de polietileno más de 500 años”.