Los dos jóvenes detenidos por el crimen del empresario Andrés Blaquier, asesinado en un intento de robo en Pilar, intentaron fugarse.
Fue cuando eran trasladados a la Fiscalía de Responsabilidad Juvenil para una rueda de reconocimiento.
En un momento, los dos imputados por el caso, de 16 y 17 años, uno de los adolescentes golpeó en la cabeza a uno de los celadores, mientras que el otro rodeó el cuello del segundo vigilador con la cadena de las esposas.
Al mismo tiempo, los aprehendidos gritaban que detengan el vehículo, que se encontraba circulando por la Panamericana, con el objeto de escaparse.
Los conductores se negaron a detener el rodado, al tiempo que los vigiladores comenzaron a forcejear con los jóvenes, a quienes pudieron reducir.
Según fuentes del caso, los adolescentes se produjeron lesiones a sí mismos con el objeto de incriminar a los celadores. Los uniformados terminaron con heridas en la cabeza y varios politraumatismos.
Al ser entrevistado una vez de vuelta en su lugar de detención, uno de los incriminados dijo que buscaba escapar porque tenía problemas con el resto de sus compañeros.
El asesinato
El crimen de Blaquier, director del Negocio Agropecuario de la firma Ledesma, se produjo el 29 de octubre del año pasado por la tarde, cuando circulaba por el kilómetro 50 de la Panamericana en Pilar, junto a su esposa, en una moto BMW 1200 de color negro, en sentido a provincia.
En esas circunstancias, el empresario fue abordado por dos delincuentes que iban a bordo de otra moto y lo amenazaron con un arma de fuego para robarle.
De acuerdo con los pesquisas, uno de los asaltantes efectuó varios disparos contra Blaquier y la víctima recibió un tiro en el pecho, que más tarde le causó la muerte.
Tras el ataque, uno de los delincuentes se apoderó de la moto del empresario y escapó junto a su cómplice, pero cayó de la moto y la dejó abandonada.
Luego de varios allanamientos, se pudo dar con los dos presuntos atacantes, aunque en primera instancia había caído un joven al que luego dejaron en libertad, al demostrarse que no había tenido relación con el crimen.