Este miércoles se desarrolló la tercera jornada del juicio por jurados por el femicidio de Claudia Schaefer, ocurrido en el country Martindale en noviembre del año 2015.
En una de las viviendas de esa urbanización, Fernando Farré apuñaló 66 veces y degolló a su esposa. Y si bien la autoría material no está en duda, sí está por verse la pena que recibirá el femicida.
En la audiencia, el abogado de Farré, Adrián Tenca, comenzó a develar la estrategia para fundamentar la idea de que el hombre actuó bajo emoción violenta - con lo que se lograría atenuar la pena- y para ello apunta a mostrar a la víctima como una mujer infiel y mala madre.
Declararon dos personas allegadas a Claudia: Pablo y Liliana Rodríguez Rossa. Durante la declaración del primero, Tenca presentó una conversación de WhatsApp. Es que el hombre había contado que la pareja se llevaba mal, que eran fríos y reveló que ella le confesó que era víctima de "abuso psicológico".
Tenca le preguntó al testigo si Claudia tenía una relación con un compañero de trabajo y el testigo afirmó que no.
Entonces el abogado insistió y le mostró una conversación de WhatsApp en la que el testigo y Claudia Schaefer hablaban de un "Sebastián". En la conversación, ella le contaba que habían salido un fin de semana, que la habían pasado bien y le dijo que él la "alegraba".
Por su parte, Liliana Rodríguez Rossa, amiga de Claudia, admitió que hubo una relación corta con Sebastián. Para ello, la defensa mostró una conversación entre ambas en la que se hablaba de un encuentro sexual.
La testigo agregó que "fue algo pasajero, le daba la alegría que no tenía en la casa". Y apuntó que esto ocurrió cuando la pareja estaba separada de hecho, "durmiendo en cuartos separados".
La declaración de Rodríguez Rossa aportó más detalles de situaciones de violencia previas al femicidio. Contó que Farré "humillaba" a Schaefer, "le decía gorda cuando ella era más delgada que él" y detalló que "la trataba como si fuera un mueble más de la casa".
La estrategia de la defensa apunta a plantear que el crimen no fue premeditado, sino que Farré actuó bajo un estado de emoción violenta. Así podría atenuar la pena que en caso de ser condenado por femicidio, sería de prisión perpetua.