Dos adolescentes que salían de bailar de uno de los boliches del corredor nocturno de Pilar fueron víctimas de una brutal golpiza por parte de una patota que los atacó cuando caminaban por una de las calles del centro de la localidad.
Todo sucedió cerca de las 6.30 del pasado domingo cuando los dos jóvenes que habían salido del boliche Sunset, se dirigían por la avenida Tratado del Pilar hacia la Panamericana.
Según reconstruyó el padre de una de las víctimas, Marcelo Fantini, en diálogo con Pilar de Todos, tanto su hijo Renzo como un amigo no habían tenido ningún tipo de contacto ni problema con nadie dentro del local bailable, y relató lo que denominó una “cadena de errores, desaciertos e impericias” que les tocó atravesar esa noche.
Al salir del boliche, Renzo y su compañero emprendieron el camino de regreso a casa, pero fueron interceptados por una patota de unas 15 personas.
“Primero, este grupo los pasó corriendo. Hasta que uno de ellos, un adulto, les dijo al resto ´Estos chetos están listos´”, relató Fantini.
Ante esa expresión, el amigo de su hijo respondió: “¿Qué?”, lo que bastó para que comenzara la golpiza.
“Al amigo de mi hijo lo patearon entre todos. Lo dejaron inconsciente en el piso. Renzo se quedó a un costado y después que dejaron de golpear a su compañero, se acercó para intentar despertarlo, asistirlo. Ahí, estas personas regresaron y también lo golpearon en todo el cuerpo, lo arrastraron por el asfalto. A los dos les robaron todo, hasta las zapatillas les sacaron”, se lamentó Fantini.
Cuando Renzo logró reanimar a su amigo, ambos intentaron buscar ayuda en una estación de servicio. Llegaron con la intención de que les presenten un teléfono para llamar a la policía. Pero los empleados del lugar, al verlos golpeados, sucios y semidesnudos, los echaron de las instalaciones.
“Alguien se apiadó y les prestó un celular para llamar al 911. Llegó un patrullero con dos mujeres. Se llevaron a mi hijo al Hospital Sanguinetti, pero a su amigo, que incluso estaba más golpeado, le dijeron que se vaya caminando a la casa, lo abandonaron”, contó Fantini.
Una vez en el Hospital, el joven, que a esa altura de la situación ya contaba con el acompañamiento de su madre, tuvo que esperar más de una hora en la guardia. En los pasillos del nosocomio, Renzo volvió a encontrarse con su amigo que tuvo que pedirle a un colectivero que lo acercara al lugar para recibir curaciones.
Pero, según Fantini, transcurrido el tiempo, en el Sanguinetti les informaron que no había personal para asistirlos.
Frente a ese panorama, relató el hombre a Pilar de Todos, “las mujeres policías les dijeron a los chicos que ya no tenían más tiempo para esperar y los trasladaron a ambos a la Comisaría para tomarles la denuncia”.
“En ningún momento les brindaron asistencia. En la Comisaría les tomaron una declaración que ellos mismos tuvieron que firmar, siendo menores”, se quejó Fantini.
Tras el periplo por el Hospital Sanguinetti y la Comisaría y aun sin haber recibido asistencia médica, ambos tuvieron que dirigirse por sus propios medios al Hospital Austral. Allí, se constató que Renzo tuvo varias contusiones en el cuerpo, un hematoma en un ojo y raspones en sus brazos.
Su compañero, en tanto, sufrió un coagulo cerebral. Tras una serie de estudios, se detectó que la lesión no es grave y se revierte con medicación. Aunque al mismo tiempo, deberá realizar controles periódicos.
“Esto pudo haber sido una desgracia. Nuestra intención es que se sepa lo que pasó para que otro pibe no tenga que sufrir lo que sufrió mi hijo”, pidió Fantini.
Asimismo reclamó por “presencia policial en la zona de los boliches” y a las autoridades pertinentes les pidió que se revean los protocolos de acción.
“Es fundamental que la policía sepa actuar frente a estos brutales hechos; que en las guardias de los hospitales haya personal para atender heridos y que en las comisarías se aceiten los protocolos para proceder como corresponde con chicos que son menores de edad”, enumeró el papá de Renzo.
Los dos chicos, mientras tanto, intentan recuperarse de las heridas recibidas. “Están con miedo. Esto no fue una tragedia por casualidad. Necesitamos que se genere conciencia para que en otro fin de semana, no vuelva a pasar”, cerró Fantini.