Trabajadores de la empresa Ilva, ubicada en el Parque Industrial de Pilar, se movilizaron en la mañana de esta jornada a las puertas del Ministerio de Trabajo de Pilar.
Fue en reclamo ante los 300 despidos que aplicó la firma, dedicada a la producción de cerámicos y porcelanatos, medida que concretó hace dos semanas.
Pese a que el Ministerio dictó días atrás la conciliación obligatoria, vigente hasta el 24 de septiembre, la firma no solo no reincorporó a los empleados, sino que no concretó tampoco el pago de las quincenas y sueldos mensuales pendientes, sino solo un porcentaje.
Además, en el marco de los despidos, Ilva anunció que se amparaba en la legislación laboral que le permite abonar el 50% de las indemnizaciones, lo que generó aún más rechazo en los trabajadores.
Tras reunirse en la Plaza 12 de Octubre, unas 150 personas, entre trabajadores y sus familias, recorrieron las calles del casco céntrico hasta llegar a la sede del Ministerio, en la calle Bolívar e Ituzaingó.
Allí, mantuvieron una audiencia con los representantes legales de la empresa, encuentro que tuvo que entrar en un cuarto intermedio ya que la compañía no ofrecía soluciones concretas.
Afuera, decenas de manifestantes, junto a sus familias, incluso niños, cantaban y hacían sonar tambores y bombos.
Tras varias horas de tensión, la empresa se comprometió a abonar el 30% restante de las quincenas pendientes, al tiempo que los trabajadores expusieron que continuarán en la lucha para asegurarse que, mientras dure la conciliación, la empresa pague los salarios como corresponde.
En concreto el acuerdo alcanzado reza que los trabajadores cobrarán el 10% de lo adeudado este jueves; y otro 20% este viernes.
Juan Flores, integrante de la comisión directiva del sindicato FOCRA, consignó además que los trabajadores se comprometen a “mantener la paz social siempre y cuando ellos cumplan con lo acordado y con no sacar la mercadería que poseen dentro de la fábrica".
Cabe destacar que habrá una nueva audiencia que será convocada por el Ministerio de Trabajo bonaerense.
En la jornada de este jueves, los trabajadores recibieron el acompañamiento de gremios como Suteba Pilar, CTA, Plástico, Ate Pilar y dirigentes de partidos de izquierda.
La voz de los trabajadores
En la masiva movilización, los trabajadores de ILVA estuvieron acompañados por sus familias. Cada uno de ellos con sus historias, nudos en la garganta y lágrimas que brotaban fácilmente ante la angustia de la incertidumbre.
Muchos, de la mano con sus pequeños hijos; con sus esposas compartieron sus historias:
"Esta situación, pegó mal dentro de mi familia. Tengo dos nenes con discapacidad y me está costando que puedan ir a sus terapias. Debo comprar medicación y es todo cuesta arriba. Alguien nos tiene que dar una solución, no puede ser que nos despidan por un mensaje de Whatsapp", declaró Gabriel en los primeros minutos de la marcha.
A su lado, su compañero Marcos, con 28 años de antigüedad dentro de la empresa contó que durante estos días, la empresa les fue dando migajas de su sueldo. "A ellos como empresarios, no les importa nada ni siquiera las multas que les puedan imponer desde el Ministerio", lamentó.
Otro de los empleados planteó que la empresa cambió cuando llegaron otros dueños. "Quieren bajar los costos laborales y por eso echan a la gente vieja y tomarán gente nueva que no contará con beneficios ni derechos. La empresa hizo una nueva línea de producción, trajeron 38 camiones del puerto de Campana con una inversión millonaria", declaró.
Daniel trabaja en ILVA hace 19 años. "Siempre lo hice con responsabilidad, y de un día para el otro la empresa nos echó como si fuéramos una bolsa de basura. Jamás llegue tarde. Era el primero en llegar y el último en irme. Van ahora por nueva mano de obra barata y que seguramente descartarán como y cuando quieran. Pero nosotros tenemos mucha experiencia. No nos merecemos este trato. Queremos el puesto de trabajo, hicimos todo para cumplir. Y si no que nos paguen como corresponde".
Mientras tanto, muchos de ellos permanecen en el acampe levantado en la puerta de la fábrica. "Nos juntamos ahí, todos juntos para darnos fuerza. Hay momentos en los que no podemos más de la angustia", cerraron.