En el fin de otra semana marcada por la tensión interna con el kirchnerismo duro, el presidente Alberto Fernández prevé anunciar este viernes en la Casa Rosada un paquete de medidas contra la inflación. Se trata de la variable económica que no logra controlar desde que llegó al poder, en diciembre de 2019.
Fernández sorprendió este martes al adelantar el anuncio de la “guerra” contra la inflación. Fue pocas horas antes de que se anunciara oficialmente que la inflación de febrero fue de 4,7 por ciento, con un índice de 7,5% en alimentos, número que impactó de lleno en el Gobierno. Todo sobre un escenario ya de por sí complejo, en el que durante 2021 la Argentina acumuló un 50,9% de inflación interanual, la segunda más alta desde 1991.
Aunque el Gobierno ya palpitaba lo que serían los números del mes pasado, le llevó días procesar el impacto de los mismos, según reconocían varios funcionarios que acusaban también la preocupación por las peleas internas y sus consecuencias.
“Lo central es contener el precio del trigo, que se fue por las nubes”, detalló una fuente vinculada del Ejecutivo. Tras lo que agregó: “Está claro que con eso solo no alcanza, pero hoy es la prioridad absoluta”.
En el paquete de medidas vienen trabajando, de forma integral, los ministerios de Economía, a cargo de Martín Guzmán; de Desarrollo Productivo, de Matías Kulfas, y de Agricultura, a cargo de Julián Domínguez. Guzmán y Kulfas son dos de los ministros más apuntados por el kirchnerismo duro, pero gozan del apoyo “irrestricto” de Fernández.
Las medidas que se anunciaría van desde mantener precios cuidados y fijar precios máximos para artículos de primera necesidad a incrementar 2 % las retenciones a la harina y aceite de soja y ampliar los fideicomisos para el trigo.
Este miércoles, previo a su viaje a Salta, parada anterior a su llega a Tucumán, donde estará hasta el mediodía hoy e inicialmente se pensó que fuera la sede del anuncio, Fernández se comunicó con la Unión Industrial Argentina (UIA), la CGT y la CTA para confirmarles que los convocará la semana que viene para avanzar con un acuerdo de precios y salarios.
“La inflación es el principal problema después del acuerdo con el Fondo”, repetían en Gobierno desde hace meses. Desde allí también cifraban sus esperanzas en que, en primer lugar la confirmación del acuerdo con el Fondo traería calma en los mercados y “ordenaría” las principales variables macroeconómicas. Y que, una vez conseguido eso, se avanzaría en el intento de controlar progresivamente la inflación.
Por entonces también, con ese argumento, explicaban porque no tomaban medidas en ese momento. A ese escenario, ya de por sí complejo, se sumó en los últimos días la complicación por el efecto de la guerra por la invasión de Rusia a Ucrania, en la economía mundial. Precisamente con las medidas que se anunciarán, el gobierno aspira a morigerar el impacto de ello. (DIB)